miércoles, 30 de julio de 2008

La Coruña.


En alguna ocasión anterior comenté que mis orígenes no son urbanos , sino rurales, aunque puedo certificar que soy la única de seis hermanos que vino al mundo mediante un parto medicalizado en el hospital.
Hoy por hoy, estoy encantada con mi pueblo, creo que el haber crecido allí ha moldeado mi persona de un modo particular. Pero tengo que reconocer que en cierta etapa de mi vida, léase adolescencia (= edad del pavo o de la tontería más remota) no estuve nada conforme con el hecho de que me hubiese tocado vivir en el campo.
Yo anhelaba la ciudad y LA CIUDAD, así con mayúsculas, para mí, era "La Coruña".
Era el lugar ideal dónde podías encontrar todo lo que se te antojase y más, dónde la diversión no tenía límite y por lo tanto el aburrimiento que tantas veces se hacía presente en mi pueblo, no existía. A pesar de que sólo hay una distancia de 30 km, quizá entonces algo más, ya que, no había autopista, me parecía tremendamente lejana. Mis pocas visitas a La Coruña se reducían a las excursiones organizadas del cole en EGB y el destino era siempre el mismo : el Castillo de San Antón o la Casa de las Ciencias.
Rememoro también otra excursión en 1º de BUP, aunque no tengo tan claro el fin de la visita que realizamos, pero recuerdo haber disfrutado de un gran día en el que pudimos estar a nuestra bola por la ciudad, que por cierto me pareció inmensa. Con el tiempo y cada vez que ahorraba unas pesetas, me acercaba hasta el centro comercial y me regalaba un día de compras.

El azar se cruzó en mi camino y años más tarde conocí al hombre que hoy es mi marido: coruñés de pura cepa, y de Monte Alto, como dice él. Junto a él disfrute de mi anhelada ciudad durante varios años de noviazgo y tras nuestro matrimonio, hace casi nueve años, sigo disfrutando día a día de este bello lugar. De hecho, el pasado sábado me descubrió un par de parajes cuya existencia desconocía, y el sentimiento de admiración que causó en mí su contemplación fué tan profundo que todavía hoy al recordarlo me sorprendo.

Esta mañana, como tantas otras, iba caminando hacia mi trabajo. Apenas había tráfico en la calle, el sol empezaba a mostrarse perezoso y el paseo marítimo brindaba silencio a las personas que como yo nos dirigíamos a algún destino. Sin detener el paso mis ojos contemplaban el mar y su belleza, mientras escuchaba el batir de las olas y los graznidos de las gaviotas. Fueron cinco minutos maravillosos en los que disfruté de la paz más absoluta. Al tiempo pensaba lo afortunada que soy, la suerte que tengo por disfrutar de esta ciudad cada día.


martes, 22 de julio de 2008

Jamón, jamón...



-A partir de ahora debes cuidar tu alimentación. No tomes verduras poco hechas o crudas, la fruta has de lavarla escrupulosamente y las ensaladas...tómalas en casa. Ah!, y olvídate de los embutidos, ya sabes, por lo de la toxoplasmosis. No conviene que te arriesgues. Puedes tomar sin problema queso, pavo o jamón cocido.

Éstas fueron las recomendaciones de mi farmacéutica de confianza en cuánto supo que estaba embarazada. Posteriormente, mi ginecólogo las ratificó.

Desde entonces, no hago más que pensar en comerme un buen plato de jamón ibérico....!

Me parezco a aquel fantasma de Ghost que se enfrentaba a Patrick Swayze en el metro y que al romper el expendedor de tabaco de un golpe y verse rodeado de cajetillas decía: "Lo que daría yo por una caladita...."

Cuando pienso en qué me apetece comer, lo primero que aparece en mi mente, son los huevos con jamón que preparan en La Dehesa.

Hoy comienza el Mercado Medieval en la Ciudad Vieja, y tengo que olvidarme de las exquisitas tablas ibéricas de La Leonesa...

Puede parecer obsesivo, y sabemos que lo prohibido llama más nuestra atención, pero entendedme, yo no estaba preparada para esa recomendación. Soy madre primeriza y lo de la toxoplasmosis me sonaba a chino... y adoro el jamón ibérico!

Me queda el consuelo de poder consumir queso en sus múltiples variedades, una, porque también me entusiasma y, dos, porque mis niveles de colesterol me lo permiten.

Así que, así estoy, intentando asumir la inevitable ruptura entre el codiciado embutido y yo, al menos durante nueve meses.

martes, 15 de julio de 2008

El milagro de la vida.



Me siento como una extraña en mi propio cuerpo. Cada día que pasa vivo una nueva y extraña sensación. Un ente se ha apoderado de mí y me maneja como a una marioneta. La ilusión se abraza con el miedo, la incertidumbre dá la mano a la esperanza. El serial de mis días comienza una nueva temporada con títulos de crédito a todo color: el milagro de la vida.

Siete semanas. Siete milímetros. Será una espera larga y mágica con una gran recompensa final. Es algo tan hermoso que merece ser compartido. Éste es el piloto, el primero de los muchos capítulos pendientes de emisión.

martes, 8 de julio de 2008

Nubes y claros.




Nubes y claros caracterizan el cielo coruñés en este verano tan nuestro que tenemos. No se habla de otra cosa, la frase de todos los días: ¡ Vaya tiempo!.

Creo que este análisis climatológico es directamente proporcional a la edad de quién lo realiza.

Los niños siempre están dispuestos a llevar a cabo sus planes independientemente del tiempo que haga; cualquier día de verano es bueno para ir a la playa y el agua nunca está demasiado fría para bañarse. Mi infancia la recuerdo de ese modo. De Junio a Septiembre la cita con el arenal era ineludible, con sol, con nubes e incluso con lluvia. Me encantaba bañarme mientras llovía.

En la adolescencia el tiempo tampoco importa demasiado. Siempre se puede sustituir la playa por la plaza para estar con la panda, lo importante es salir y quemar las horas con los colegas.

La peor etapa es la llamada edad adulta. Nuestros planes están permanentemente condicionados por el color del cielo. Las quejas son contínuas si el tiempo es malo y estamos con el "Qué horror, es que no sabes qué ponerte" todo el día.

En la edad madura, la de nuestros jubilados, las predicciones son de contenido adivinatorio: "Parece que quiere levantar el día" , " Por allá se ven unas nubes... que no sé si no lloverá", "Antes el invierno era invierno y el verano, era verano. Ahora, no sé dónde nos llevará este tiempo tan loco" .

Lo cierto es que le debemos mucho a la inestabilidad climatológica. De qué otro tema hablaríamos con desconocidos en un ascensor, por ejemplo?

En fin, siendo fiel a mi etapa adulta yo digo: Ya está bien. Se nos escapará el mes de Julio y no me habré quitado la manga larga....

Claro que, puedo consolarme porque un viejito muy amoroso me ha dicho que este año el verano vendrá en Septiembre.

Si es que no sé por qué me quejo....

martes, 1 de julio de 2008

Jarrea, Jarrea!

Rodolfo Chikilicuatre ha creado escuela.

Vaya semanita no deja escapar ni una y ha creado una nueva versión adaptada a la climatología vasca.

Una nota cómica para alegrar un poquito la tarde tan gris que tenemos hoy.