jueves, 12 de marzo de 2009

Una imágen vale más...


Así de hermosa está nuestra princesita con 14 días y 3.700gr. Es una muñequita. Poquito a apoco nos vamos adaptando. Ella tiene un intenso trabajo, la vida a este lado del útero no es tan sencilla como en su interior. Yo no puedo más que admirarla doblemente, observándoloa sin cesar y considerando que siendo tan chiquitita es una valiente. Por mi parte, estoy aprendiendo a ser madre y debo reconocer que a veces se me hace cuesta arriba porque creo que no lo hago todo lo bien que debiera y si pienso sólo durante un minuto que por algún fallo cometido pueda causarle algún daño evitable...Tengo un miedo enorme a no saber ofrecerle la protección necesaria. Como he dicho tan sólo tiene 14 días y ya ha comenzado a padecer los temidos cólicos del lactante. Y a mí se me parte el corazón al oir su llanto y la impotencia me corroe porque no puedo remediarlos. Supongo que esto que siento es normal y que la experiencia del día a día conseguirá que me endurezca un poco, es decir, que tengo que asumir que no puedo introducirla en una burbuja protectora que la libere de todos los males, una, porque es utópico y dos , porque tampoco sería lo más acertado. Pero el amor de madre es lo que tiene. Ahora duerme. Todavía no tiene los ciclos de sueño y vigilia establecidos. Por el momento se despierta frecuentemente y muy hambrienta. Eso de cada tres horas todavía no ha llegado. La pediatra me dice que es normal y que hasta que cumpla un mesecillo más o menos la cosa continuará así. Estoy algo cansada, pero no me importa nadita, debo decirlo, son las horas nocturnas en vela mejor empleadas. Por el día se lleva mucho mejor, claro está. Además esta semana la climatología se está portando bien y salimos a dar paseíllos durante las horas centrales para aprovechar el solete. Todavía no he podido ponerme al día con vuestros blogs, es más, no había encendido el ordenador desde mi último post, ni siquiera leo el correo. En cuanto se estabilice un poquito más la situación lo haré, no penséis que me he olvidado de vosotros, os recompensaré. Espero que podáis comprenderme y perdonarme, pero estoy sumergida en el mundo de los pañales, que por cierto, son carísimos y no duran nada. Y menos mal que no hay que lavarlos como antaño...
En fin, termino ya por hoy, que mi bichito está ronroneando y quiere comer y por supuesto no le haré esperar por alargar más mi entrada, así que un saludito y hasta la próxima.

martes, 3 de marzo de 2009

Al parecer la pera no estaba tan verde...



Hoy hace exáctamente una semana. El pasado martes, 24 de Febrero, martes de Carnaval, nuestra princesa llamó a la puerta de madrugada. El día anterior el registro de la monitorización confirmaba que el evento no se produciría por el momento. Sin embargo, a las 6:30 am se produjo el comienzo de lo que después sería el acontecimiento más intenso y maravilloso que hemos vivido. Reconozco que estaba asustada y nerviosa, lo había manifestado en mis entradas anteriores, pero éste miedo era un miedo distinto. La compañía y el apoyo de mi media costilla fué fundamental, me ayudó muchísimo, aún no sé si él sabe cuánto. Lo que yo sí sé es que sin él a mi lado nada habría sido lo mismo. A la 8: 30 nos fuimos a la clínica. A las 11:40 Alba llegaba al mundo llena de energía, con un peso de 3.550 gr y 48 cm de longitud. Recordaré su primer llanto de vida por siempre. Todavía me emociono. En su primer exámen, el test de Apgar, le pusieron un 10. Si es que yo ya sabía que sería una niña muy lista...Tendríais que ver lo despierta que estaba con tan solo una horita de vida. Nos tuvo a todos ensimismados. Bueno, nos sigue teniendo absortos las 24 horas, creo que estaremos así mucho, mucho tiempo. Pasan los días y no me canso de contemplarla, no he hallado mejor entretenimiento que éste. Y es que no estará bien que yo lo diga, pero es que es una preciosidad. Sencillamente es nuestro tesoro, nuestro mejor regalo. Soy muy afortunada por poder dedicarle todo mi tiempo y aunque los días tendrían que tener 48 horas, tengo que decir que es el mejor trabajo que una puede desempeñar. Desde luego es enormemente gratificante.


Quiero compartir con vosotros mi felicidad, así que os muestro algunas imágenes de sus primeros días. Juzgad vosotros mismos. ¿Puede haber algo mejor en esta vida?