Esta pasada semana El Semanal XL publicaba un artículo firmado por Paulo Coelho titulado " Convención de los heridos de amor".El escritor promulga una serie de normas básicas que regulen la situación de los "heridos de amor".Ciertamente, no descubre una nueva vía de escape antidolor.Por todos son conocidos sus consejos y es por ésta razón,precisamente,por lo que me ha gustado su reflexión.
Son,al fin, pautas sencillas de las que siempre nos acabamos olvidando.
El enamoramiento no es algo que se pueda programar.Sucede cuando menos te lo esperas y ocurre de un modo tan feroz, que una vez que has entrado en el jardín del amor ya no serás capaz de salir de él sin pincharte con las espinas de las rosas.Por ello, debemos tener claro que este sentimiento es apasionado, pero peligroso. Es, esencialmente, un nirvana que envuelve a la pareja por igual, así es que ambos están expuestos a iguales contraindicaciones.
Son muchas las causas del desamor: el amor que no es correspondido, la entrada en juego de una tercera persona, pequeñas traiciones, el desinterés....
En circunstancias, esta "enfermedad" no tiene más cura posible que el borrón y cuenta nueva con el añadido tiempo.Claro que, son circunstancias extremas.Llamémoslas "
enfermedades terminales del amor".
En muchas otras sólo es cuestión de aplicar un tratamiento milagroso y barato: el perdón.Pero entiéndase bien,el
perdón sin reservas y con temporalidad continuada.Esto no contempla que a los tres días de haber perdonado surja un nuevo reproche.
De cualquier modo, y aún sabiendo que estamos más expuestos al sufrimiento que a una quemadura solar si no aplicamos factor de protección sobre la piel, no debemos huir del amor para evitar el dolor.Particularmente, creo que no hay sensación más fantástica que el sentirse amado y corresponder a ello.No hablo de grandes manifestaciones de amor,porque el bienestar está en las
cosas pequeñas,en una mirada, una caricia en el momento adecuado, una palabra de aliento...
Como seres imperfectos que somos las personas , tropezamos sin cesar y herimos sin querer en multitud de ocasiones.Pero el amor profundo te concede la oportunidad de la rectificación y de la enmienda. Sin "víctimas ni verdugos". Es la experiencia vivida y sufrida necesaria para poder decir a boca llena que "se ha vivido".
¿Puede contemplarse una vida plena sin amor?
Con sinceridad, yo entiendo que no.