
Tenía doce años cuando les descubrí, gracias a mi hermana. Ella se había casado, y poco después nació mi primer sobrino. El tiempo libre que me quedaba tras el colegio y los deberes lo dedicaba por completo a cuidarle. Los fines de semana hacía de canguro oficial a jornada completa. Y fué así como un buen día descubrí en su salón un disco de vinilo de un grupo británico llamado Queen. No logro recordar cuántas veces lo escuché, pero sé que lo ponía de principio a fin una y otra vez.
En mi casa no había tocadiscos, éramos una familia modesta. Pero sí teníamos un radiocassete. Así pues, con algunos ahorrillos, empecé a comprar el resto de la discografía que había a la venta en cinta. Cada noche me dormía con sus canciones. Cara A y cara B, de nuevo una y otra vez. Compartí mi aficción y mi descubrimiento con Montse, mi mejor amiga del pueblo. Hasta en el coche de su padre llevábamos siempre puesta la cinta con los Grandes Éxitos de camino al instituto.
Pero un 24 de Noviembre de 1991 una terrible enfermedad puso punto y final a la vida de Freddie Mercury, dos días después de que hubiese anunciado al mundo que padecía SIDA. Con su muerte se iba la ilusión de poder disfrutar de un concierto en directo del grupo. El mejor vocalista masculino de la historia del rock había fallecido tras un amargo sufrimiento.
Freddie Mercury era un todo concentrado en un solo ser. Cantaba, componía, tocaba el piano y la guitarra, en ocasiones, con la banda. Y a todo ello llega gracias a su afán por imitar a su ídolo de juventud, Jimi Hendrix.
Diecisiete años después, el 25 de Octubre, Queen, o mejor dicho, Brian May y Roger Taylor ofrecen un concierto en Madrid, junto a Paul Rodgers como vocalista. Hace un tiempo que tenemos las entradas . Supongo que si no se han agotado estarán a punto de hacerlo. No veré a Freddie, desgraciadamente, y tengo presente el hecho de que Rodgers no se aproximará siquiera a su calidad, a pesar de que tengo entendido que es bueno, al menos la selección fué bastante exhaustiva, por lo que he leído.
No voy con la idea equivocada. Pero sí me apetece ver en acción al dúo restante, me apetece mucho. Espero disfrutar a tope, oir de nuevo sus letras y cantar sus canciones. Es mi homenaje particular a Mercury. Sé que a él le gustará que sigamos disfrutando con su música. Vibrando con ellos en directo. No hay por qué empeñarse en hacer creer que le han buscado un sustituto, porque eso es sencillamente imposible. Y él, allá dónde esté, lo sabe. Lo dejó claro en una de sus últimas canciones: " the show must go on ". Que así sea.

Siempre que la escucho, se me eriza el vello. Sus letras pretendían mostrar al mundo el fatídico desenlace que le esperaba. Y nosotros sin sospecharlo: