Nubes y claros caracterizan el cielo coruñés en este verano tan nuestro que tenemos. No se habla de otra cosa, la frase de todos los días: ¡ Vaya tiempo!.
Creo que este análisis climatológico es directamente proporcional a la edad de quién lo realiza.
Los niños siempre están dispuestos a llevar a cabo sus planes independientemente del tiempo que haga; cualquier día de verano es bueno para ir a la playa y el agua nunca está demasiado fría para bañarse. Mi infancia la recuerdo de ese modo. De Junio a Septiembre la cita con el arenal era ineludible, con sol, con nubes e incluso con lluvia. Me encantaba bañarme mientras llovía.
En la adolescencia el tiempo tampoco importa demasiado. Siempre se puede sustituir la playa por la plaza para estar con la panda, lo importante es salir y quemar las horas con los colegas.
La peor etapa es la llamada edad adulta. Nuestros planes están permanentemente condicionados por el color del cielo. Las quejas son contínuas si el tiempo es malo y estamos con el "Qué horror, es que no sabes qué ponerte" todo el día.
En la edad madura, la de nuestros jubilados, las predicciones son de contenido adivinatorio: "Parece que quiere levantar el día" , " Por allá se ven unas nubes... que no sé si no lloverá", "Antes el invierno era invierno y el verano, era verano. Ahora, no sé dónde nos llevará este tiempo tan loco" .
Lo cierto es que le debemos mucho a la inestabilidad climatológica. De qué otro tema hablaríamos con desconocidos en un ascensor, por ejemplo?
En fin, siendo fiel a mi etapa adulta yo digo: Ya está bien. Se nos escapará el mes de Julio y no me habré quitado la manga larga....
Claro que, puedo consolarme porque un viejito muy amoroso me ha dicho que este año el verano vendrá en Septiembre.
Si es que no sé por qué me quejo....
3 comentarios:
Mujer, si no es por quejarse; es que, como dices tú, a ver qué hablamos con nuestros semiconocidos en estos interminables silencios incómodos... ¡siempre recurrimos a la meteorología!
Como anécdota, te diré que este finde vino una amiga de mi hermano a pasar un par de días. Es de Málaga, y se pasó las 48 horas quejándose del frío que hacía: de hecho, se tuvo que comprar una cazadora en Zara, que no había traído nada de manga larga... Y luego vamos nosotros allí estos días, y nos sobra hasta la piel, con un calor que te torras...
¡Si es que sólo sabemos quejarnos!
;-))) ¡Bks!
Que razón tienes. Eso que no recuerdo yo las clases en el cole de cómo aprender a quejarse ¡y fíjate qué bien se nos dá!.Claro, que, como de momento no pagamos impuestos por nuestras quejas ,aprovechemos, que desahoga un montón.
Me alegra recibir señales tuyas, dále de nuevo a la tecla, hombre, que te echamos de menos.
Vuelve Ana. No puedo soportar la ausencia de tu correctísima ortografía...
Publicar un comentario